CISLANDERUS
Es de sobra conocido, que desde la conquista de las islas Canarias, estas siempre han funcionado como puente de unión con otros continentes, en especial África y América. La multiculturalidad que se vive y se palpa gracias a la llegada de cientos de inmigrantes cada año desde las zonas más alejadas del planeta, se ha convertido en uno de los mayores encantos del Archipiélago.
Pero ¿qué fue de aquellos canarios que un día nos dejaron? ¿De aquellos compatriotas que, por circunstancias de la vida, emigraron y se vieron obligados a construir una nueva vida allá donde desembarcaron? ¿Preparados para leer sobre una de los acontecimientos más desconocidos y apasionantes de la Historia de nuestras islas?
No, no vamos a tratar la inmigración durante la Guerra Civil Española, de la que tanto nos hemos documentado y la que conocemos casi al dedillo, sobre todo, después de los terribles desplazamientos forzosos del pueblo sirio hacia Europa, que nos han empujado a hurgar en nuestro pasado y comparar ambas situaciones.
En esta ocasión daremos un gran salto en el tiempo, nada más y nada menos, que hasta la segunda mitad del siglo XVIII, donde el medio de transporte habitual consistía en majestuosos buques de guerra como el navío en línea, de gran porte y belleza. Una época en la que la dinastía borbónica administraba las colonias del Caribe y América.
Desde CanarizArte queremos acercaros a un proyecto cultural centrado en la investigación de los descendientes canarios en Estados Unidos. Los precursores de este magnífico plan son dos jóvenes canarios, como no podría ser de otra manera, Thenesoya Vidina Martín de la Nuez y Aníbal Martel Peña, dos amigos que tras su ardua formación profesional terminaron asentándose en “El gigante americano” donde actualmente desarrollan su vida laboral y personal.
Os presentamos CISLANDERUS, la aventura de dos inmigrantes canarios del siglo XXI, que con el afán de buscar respuestas en relación a nuestros antepasados, vivirán mil y una experiencias nunca antes contadas.
Pero comencemos por el principio ¿Quiénes son nuestros protagonistas?
Thenesoya es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en Literatura comparada por la Universidad Complutense de Madrid y doctorada en el Departamento de lenguas y literaturas romances en la Universidad de Harvard, en la cual trabaja como profesora becaria.
Aníbal es titulado en Fotografía por la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Las Palmas, especializado en fotoperiodismo en la Escuela Superior de Comunicación, Imagen y Sonido de Madrid y titulado en Ciencias de la Información en la Universidad Complutense. Tras fijar su residencia en la ciudad de Boston, hoy en día trabaja para diferentes agencias de prensa y fotografía españolas, americanas y de otros países.
¿Cuándo se decide poner en marcha CISLANDERUS?
En una maravillosa entrevista para Canarias Creativa[1] Thenesoya comenta que en el año 97 conoció al último canario de Luisiana que conservaba la tradición oral de la décima, aquella forma poética arraigó de tal modo, que hoy se considera el tipo de estrofa popular más representativo del folclor en varios países del continente americano[2]. A raíz de este acontecimiento, se sintió notablemente atraída por la historia de la emigración canaria, centrando hacia esa dirección su tesis de doctorado.
Finalmente, hará unos tres o cuatro años, ambos se unen y deciden poner en marcha este trabajo cultural, convirtiéndose en un proyecto basado en los descendientes canarios estadounidenses.
¿En qué consiste CISLANDERUS? ¿Qué información histórica nos proporciona?
Todo comienza entre los años 1778 y 1783, cuando más de un millar de inmigrantes canarios llegan a Estados Unidos por deseo de la Corona Española para poblar las colonias conquistadas en el Nuevo Mundo y evitar, en gran medida, la pérdida del tráfico mercantil con Europa frente a otros países conquistadores. De esta manera, familias enteras acaban siendo trasladadas y convirtiéndose en parte integrante de las expediciones de conquista y colonización.
Teniendo en cuenta estos datos históricos, CISLANDERUS se alza como un trabajo de investigación dedicado en exclusiva a sacar a la luz la situación actual de los descendientes canarios en diferentes focos de los Estados Unidos a partir de estas migraciones, compaginando el reportaje fotográfico de carácter artístico y documental junto a una sólida investigación académica.
Además, como experta filóloga, nuestra investigadora quiso incorporar un componente lingüístico a la investigación, que no es otro, que demostrar la supervivencia de la lengua española vestigial de estos descendientes.
¿Cuál es el objetivo final?
CISLANDERUS desea cumplir varios objetivos, entre ellos, realizar diferentes exposiciones fotográficas por Estados Unidos y las Islas Canarias, donde se mostrará la pesquisa, es decir, el trabajo de exploración, así como publicar un libro en español e inglés para que cualquier persona interesada sobre el tema pueda conocer la historia de estos canarios, las tradiciones que continúan en auge, cuales han adquirido como consecuencia de las diferencias climáticas y geográficas del terreno, que relaciones mantienen con la Comunidad Canaria en la actualidad, etc. La idea es poder llegar a todo el mundo, no solo al público especializado.
Primera exposición itinerante en España:
La primera muestra que CISLANDERUS ha llevado a cabo en nuestro país se desarrolla en la Casa Museo de Colón en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Se inauguró el pasado 9 de junio de 2016 y su clausura está prevista para el próximo 29 de agosto de este mismo año.
Para situarnos en contexto, es preciso conocer que los territorios provistos de descendientes canarios en los Estados Unidos fueron dos, Luisiana y Texas. La exhibición se centra únicamente en la historia de la Luisiana española, convirtiéndose de esta manera, en la primera parte del proyecto, puesto que en estos momentos se está llevando a cabo la investigación y estudio profundizado de las familias de descendientes que emigraron a la zona de Texas.
Siendo así, cuatro fueron los asentamientos principales en la zona de Luisiana: San Bernardo, Barataria, Valenzuela y Galveztown, aunque hoy solo sobrevive uno de ellos, la parroquia de San Bernardo, al sureste de la ciudad de Nueva Orleans, compuesto por los lugares de Chalmette, Reggio, Delacroix Island o Shell Beach.
La primera sala se centra en la formas de vida de los miembros de la comunidad de la Parroquia de San Bernardo, al sur del río Misisipi, y la adaptación al bayou (arroyo o río pequeño, es un término geográfico que en Luisiana sirve para designar una masa de agua formada por antiguos brazos y meandros del río Misisipi) de los inmigrantes originales canarios, que con la afluencia de huracanes a lo largo de los años terminaron centrándose en el mercado pesquero de camarones, ostras y cangrejos, aunque el oficio original consistía en el negocio de las pieles de ratas.
La segunda sala explica varios temas. Por un lado, nos presenta sobre formato vídeo, las voces de nuestros descendientes que poseen el español vestigial. Uno espera escuchar el acento cubano o venezolano, pero nosotros nos sorprendimos gratamente al sentir una mezcla de acento canario e inglés americano, y resultó de lo más entrañable percibir ese acento con expresiones como “Antiyer”.
Uno de los participantes en esta grabación fallecía el año pasado a la edad de 96 años, de ahí la importancia de llevar a cabo con la mayor rapidez posible estas investigaciones,puesto que con cada una de estas desapariciones muere parte nuestro legado norteamericano.
Otra zona de la sala, se centra en la información referente a la pérdida de territorios y el duro golpe que ello supone como consecuencia de las inundaciones y huracanes. Uno de los más devastadores fue el Katrina, que supuso el levantamiento de un muro de contención de cemento que rodea la nueva ciudad, mientras que otros supervivientes han vuelto a las zonas arrasadas para reconstruir sus casas elevándolas sobre pilares, de manera que se permiten así conservar su propia identidad.
Toda la exposición se vale de las fotografías, que forman parte del trabajo de Aníbal, y que constituyen una fuente fundamental para cotejar gráficamente la existencia de estos descendientes.
La bibliografía y documentación existentes en relación a este tema, es considerablemente escasa ¿De qué medios se han servido para poder avanzar en la investigación?
Existen dos museos creados por descendientes canarios en el territorio de Luisiana, uno por la comunidad de la parroquia de San Bernardo, el “Museo de los Isleños” y otro por los descendientes de la desparecida Valenzuela, “Canary Islander Heritage Society of Louisiana”. Pero el gordo de la investigación está basado en el trabajo de campo llevado a cabo por Thenesoya y Aníbal, principalmente en entrevistas orales a estos descendientes, todos los momentos compartidos junto a ellos, infinidad de reuniones donde se relataban recuerdos y más recuerdos y multitud de excursiones para conocer el entorno y la actividad pesquera y mercantil de la zona.
Se trata, verdaderamente de un proyecto cautivador a la vez que ambicioso. ¿Cómo se ha llevado a cabo la financiación del proyecto? ¿Quiénes han colaborado y cómo podemos cooperar los ciudadanos?
Es un proyecto que no recibe ninguna ayuda institucional, por el contrario, ha sido absolutamente financiada por ellos mismos y algunas donaciones privadas efectuadas a través de la página web, que aconsejamos visiten encarecidamente. Tanto Thenesoya como Aníbal han empleado sus ahorros personales y fechas vacacionales para avanzar poco a poco sobre este asunto, pagando traslados y alojamientos por su cuenta, hasta que los propios investigados se hicieron tan amigos de ellos, que permitieron recibirles y establecerse en sus casas a partir de un cierto momento.
¿Quiere saber más sobre la vivencia de Thenesoya tras conocer al último heredero de la décima y cómo influyó en la creación del proyecto? ¿Cuál ha sido la reacción de estos descendientes al conocerlos, que momentos han resultado conmovedores o qué anécdotas destacarían durante la investigación? Pues sin duda alguna, tienen una cita obligado con el Museo de Colón durante este verano.
Thenesoya y Aníbal, solo podemos decir, GRACIAS, muchísimas gracias con mayúsculas por tener la iniciativa y la paciencia de afrontar un proyecto de tal envergadura que pone de manifiesto la riqueza cultural de nuestros antepasados. Estamos ansiosos por disfrutar de ese magnífico libro y nos contentamos con tener una parte de ustedes en La Casa de Colón.
Si queréis saber más sobre CISLANDERUS, os recomendamos visitéis su página web (extraordinaria) dónde nuestros protagonistas explican detalladamente el proyecto.
[1] Sergio. Canarias Creativa. Cislanderus. Nº34
[2] CASANELLAS CUÉ, Liliana. Tradición Oral de la décima cantada en el punto cubano.
Marta Ruzafa
Historiadora del Arte
(Fotografías: CanarizArte)