Boris W. San Juan es documentalista y ex-investigador cinematográfico en la Filmoteca Canaria. Realizador audiovisual, en su trayectoria se encuentran trabajos como “El sueño amateur” (2005), “En mi celda” (2012) o “El difunto muerto” (2016) (todos sus trabajos pueden verse en su canal de Vimeo). Con su ponencia Teror y el cine amateur (el jueves 19 de abril a las 19:00h), nos acercará a esta actividad lúdica donde los más pudientes disfrutaban realizando sus propias películas para enseñar a sus más cercanos.
- En su proyecto “El sueño amateur” (2005) los protagonistas de ese cine de aficionados hablan de su propia experiencia en el mundo de la filmación. ¿Qué aportan esos documentos hoy en día a nuestra cultura?
Lo que aportan es el conocimiento acerca de la visión de un grupo de personas interesadas en el séptimo arte que plasmaban en él la situación política y social que vivieron, sus intereses y preocupaciones, sus ansias y temores, todo con un lenguaje propio que unos desarrollaron más que otros.
No obstante, hubo lugar para la creatividad natural de cualquier artista visual que desea contar una historia sencilla sin más necesidad y objetivo que el divertimento o entretenimiento.
- ¿Cómo llegó ese cine rodado con Súper 8 a Teror?
No podría afirmar con rotundidad cómo llego el cine aficionado a Teror, pero sí puedo suponerlo. Tal y como ocurriera en otros pueblos y ciudades, todo partía de un grupo de personas animadas a filmar su entorno o sus historias de ficción. Si a esto se le unía que alguna institución pública o privada llegare a interesarse en dicha actividad, el resultado no podía ser otro que le exposición pública de las obras cinematográficas amateur realizadas por ellos y el conocimiento de la misma por parte del público local.
- ¿Cuál es su visión sobre las filmaciones actuales con las nuevas tecnologías? ¿Guardan alguna similitud con aquellas primeras películas de mediados de siglo?
Con las nuevas tecnologías se nos ha abierto un mundo en imágenes absolutamente inimaginable hace un par de décadas. El uso de pequeñas cámaras no profesionales o incluso el mismo uso del móvil con cámara nos permite grabar y mostrar cualquier creación audiovisual al momento. Sin embargo, siempre es preferible, al menos para mí, un documento videográfico de corte profesional, pues su continente y contenido serán de mayor calidad visual y solidez textual. Creo que debemos seleccionar siempre lo mejor, pues la cantidad de información que las video grabaciones nos aportan pueden ser extenuantes, y, quizás, no todo sea válidas.
Destaco, además, mi preocupación por el soporte actual. Casi desaparecido el cine en celuloide, hemos pasado a las grabaciones en cinta, cuya durabilidad es estimable, por el contrario, el soporte digital con el que se trabaja actualmente no es más que un tipo de archivo digital vulnerable a cualquier inconveniente informático y, por lo tanto, susceptible de desaparición instantánea.
La gran diferencia, pero no la única, entre las antiguas filmaciones y las grabaciones actuales estriba básicamente en lo rudimentario, en lo artesanal frente a lo digital. También, y como es lógico, el paso del tiempo implica cambios en los contenidos, en los enfoques y las formas, siendo unos y otros igualmente válidos, pues no hubo tiempos mejores, sino, diferentes.
- Como documentalista y realizador, ¿qué futuro le augura a las video grabaciones como documento histórico?
Creo que mi opinión al respecto es la de cualquier persona sensible a la cultura. La importancia de la imagen en nuestra sociedad viene de lejos, la gran diferencia es que ahora se ha generalizado de forma sorprendente dando posibilidades infinitas.
Una video grabación puede convertirse en un documento histórico dentro de varias décadas, al igual que lo son hoy en día aquellas filmaciones de antaño realizadas por un señor amante de la imagen en movimiento que cierto día adquirió una pequeña cámara de cine y filmó un día en la playa con su familia. A priori, esto puede parecer insignificante, pero, gracias a este tipo de filmaciones conocemos la vestimenta, los peinados, las costumbres y el paisaje y paisanaje ya extintos de nuestro entorno. Esto mismo es lo que le ocurrirá a las generaciones venideras.
Muchísimas gracias Boris por alumbrarnos sobre un tema tan desconocido.
Si quieren visionar “El sueño amateur” pueden hacerlo pinchando aquí.